La venganza equivocada
Gen Carlos Peñaloza
ND 8 Noviembre, 2011
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A mediados de los años sesenta, un hermano del actual Presidente de la AN murió en combate en las montañas de El Bachiller. Ahora se ha aprobado una Ley para vengar aquel hecho de guerra.
El pasado martes 18 de octubre la Asamblea Nacional aprobó la Ley Contra el Olvido y la Impunidad. En ese momento Fernando Soto Rojas, el presidente de la Asamblea, visiblemente emocionado, dejó escurrir una lágrima y sonrió. El es un hombre adusto, pero ese momento lo hizo disfrutar en público. Finalmente había logrado que se aprobara la Ley contra los delitos y torturas cometidos durante 1958-1998. Esa era su ley, la Ley Soto Rojas, con la cual vengará a su hermano menor, Víctor, quien desapareció en las montañas del Bachiller cuando comandaba un destacamento del Frente Guerrillero Ezequiel Zamora.
Víctor desapareció en circunstancias no claras. Se rumoró que luego de capturado se le arrojó vivo desde un helicóptero militar por un teniente del Ejército. Este oficial, hoy en día un coronel retirado, está destinado a ser el primer blanco de la Ley Soto Rojas. La propia Pura Soto Rojas, hermana del Presidente de la Asamblea, le atribuye ese crimen públicamente en numerosos blogs y en varios medios cercanos al Gobierno.
Lo desconcertante es que tan monstruoso asesinato nunca se cometió. El relato del helicóptero es una falsedad, como se verá más adelante. El futuro chivo expiatorio nada tuvo que ver con la tragedia. La verdad de lo ocurrido debe darse a conocer públicamente antes que se cometa una injusticia mayor que el propio crimen.
Los hechos ocurrieron en El Bachiller, montañas de Barlovento, a finales de julio de 1964. En la zona operaba una guerrilla compuesta por unos 40 irregulares incluyendo varios extranjeros. La banda armada era conocida como Frente Guerrillero Ezequiel Zamora. Ese frente estaba dirigido por su fundador, Trino Barrios (a) Comandante Sánchez, un dirigente campesino del MIR en la zona. En 1963 se había integrado al grupo Víctor Soto Rojas, sociólogo recién graduado de la UCV, nativo y conocedor de la zona. Este combatiente se inició como comisario político escalando rápidamente posiciones de mayor jerarquía. Al año era jefe de uno de los dos destacamentos del Frente.
A mediados de 1964 el Ejército inició en la zona de El Bachiller una ofensiva militar destinada a extirpar el foco guerrillero. El ministerio de la Defensa estableció un Teatro de Operaciones en la localidad de El Guapo, al mando del teniente coronel Víctor Manuel Molina Vargas. Ese teatro cubría el área entre El Guapo, Cúpira y parte de la zona nororiental del Guárico. Inicialmente la zona fue patrullada por tropas del Grupo de Caballería Plaza, acantonado en San Juan de los Morros. De acuerdo al plan de rotación de unidades de combate, el Grupo de Caballería sería relevado el 30 de julio por el Batallón Bolívar de Caracas.
La ofensiva del Ejército fue fulminante para la guerrilla. Los irregulares fueron sorprendidos y se vieron obligados a dispersarse luego de sufrir muchas bajas en combate. La columna de Víctor Soto Rojas, (a) Comandante Mendoza, escapó hacia la zona de Altagracia de Orituco para reorganizarse. Hasta allí fue perseguida por los militares, produciéndose varios encuentros. En uno de ellos la unidad de Víctor Soto Rojas se dispersó. Víctor, al verse solo y siendo un conocedor de la zona, logró llegar a su pueblo natal, Altagracia de Orituco, donde fue descubierto y capturado el 27 de julio de 1964 por la Guardia Nacional y entregado a la Digepol.
Este cuerpo policial después de interrogarlo lo remitió al comando del Teatro de Operaciones en El Guapo, donde se le harían nuevos interrogatorios. En dichas pesquisas Víctor confesó conocer el lugar donde se encontraba un importante alijo de armamento acumulado por la guerrilla y manifestó estar dispuesto a guiarlos junto con otro detenido llamado Heriberto Cartagena, (a) Malpica. Posiblemente Víctor condujo al Ejército hacia una trampa, pues la comisión del Batallón Bolívar fue emboscada. Ese batallón había relevado el día anterior al Grupo de Caballería Plaza. En el intercambio de disparos cayó muerto Víctor Soto Rojas, quien como guía iba codo a codo con los soldados y vestido igual que ellos, con uniforme militar.
A raíz de la muerte de Víctor Soto Rojas, el comandante del Teatro de Operaciones del Bachiller con sede en el Guapo, teniente coronel Molina Vargas, rindió declaración ante el Juzgado Primero Militar. Su declaración, contenida en el expediente #3 folio 18 con fecha 14 de agosto de 1964, indica que el guerrillero detenido Víctor Soto Rojas había muerto el 31 de julio de ese año al ser emboscada una comisión del Batallón Bolívar a la cual Soto Rojas conducía a buscar un alijo de armas. Molina Vargas indica además que el difunto fue enterrado en el lugar donde falleció. Copia de estos documentos, incluyendo declaraciones de los integrantes de la comisión, está en manos de la Asamblea Nacional.
Luego de varios años del incidente, la madre y una hermana de Fernando Soto Rojas, actual Presidente de la Asamblea Nacional, manifestaron haber recibido información acerca de la identidad del presunto culpable de la muerte de Víctor y de la forma como se había cometido el supuesto crimen. Ante esta información, Fernando Soto Rojas, luego de ser elegido Presidente de la Asamblea Nacional, logró que ese cuerpo colegiado aprobara el instrumento legal necesario para hacer justicia por la muerte de su hermano. La familia Soto Rojas está convencida que Víctor fue asesinado y que el culpable es un teniente del Ejército, José Tomas Rojas Graffe, quien con el tiempo se retiraría ostentando el grado de coronel.
Mañana: El combate entre la guerrilla y el Ejército donde cayó el jefe guerrillero Víctor Soto Rojas, cuyo hermano es el actual Presidente de la AN..
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