4. Emboscada efectuada por el Destacamento “Ildemaro Ruiz” a una comisión comandada por el Coronel Jesús Duque, en tres el vehículos en la “Fuente de La Quebrada Monagas” entre Cocollar y Cumanacoa, Estado Sucre, el día 4 de febrero de 1969.
El Comando de la 5ta. División de Infantería con sede en Maturín, Estado Monagas, obtuvo información, de que bandoleros en un número aproximado de treinta, pertenecientes al Frente Guerrillero “Antonio José de Sucre”, al mando de CARLOS BETANCOURT (a) Jerónimo, habían asaltado y tomado la población de Cumanacoa, en el Estado Sucre, donde dieron un mitin el día 3 de febrero de 1969.
Acto seguido el Comando de la División comisionó, el día 4 de febrero, al Coronel José Rufino Duque para abrir una investigación sobre lo ocurrido en la población de Cumanacoa, quien de inmediato a eso de las 10:00 horas, ordenó al Subteniente Nelson Comand U y al Teniente Francisco Franco, que conformaran el convoy con un Jeep M-38A1, un camión del Ministerio de Obras Públicas y una camioneta administrativa (ranchera) con 9 soldados de escolta, salieron hacia la población mencionada a las 12:00 horas.
El convoy fue estructurado de la siguiente forma: a) Primer vehículo: Jeep M-38A1 con el Teniente Franco y tres e/t.; b) Segundo vehículo: el camión del MOP con el Subteniente Nelson Comand y tres e/t.; Tercer vehículo: la camioneta ranchera con el Coronel José Rufino Duque y 3 e/t.
La marcha del convoy arribó a Cocollar para continuar luego hacia Cumanacoa, al entrar en el puente de la fuente de La Quebrada Monagas fueron emboscados por tres escuadras de bandoleros de aproximadamente unos diez hombres cada una, quienes dispararon fuego nutrido desde las elevaciones ubicadas del lado izquierdo, con armas automáticas (posiblemente una .50 emplazada en el centro, fusiles automáticos livianos y ametralladoras). Esto obligó a detener la marcha de los vehículos rápidamente y buscar abrigo; todos repelieron el ataque saltando y disparando simultáneamente fuego nutrido, obteniendo resultados positivos, ya que el enemigo no tardó en replegarse hacia posiciones más seguras; se le ordenó al conductor del primer vehículo (Jeep) que continuase hacia Cumanacoa con el fin de buscar refuerzos. El Coronel Duque resultó herido en el brazo derecho a la altura del bíceps.
Mientras esto sucedía, el Subteniente Nelson Comand saltó del vehículo, cruzó la quebrada y fue en auxilio del Coronel, ya que se encontraba del otro lado del puente con tres e/t y el conductor del camión, ordenándoles que saltaran hacia el barranco y así estarían fuera del alcance del fuego enemigo. El Sargento Segundo Gerardo Peñaloza se lanzó a rescatar la camioneta y el Teniente Franco al camión del Ministerio de Obras Públicas, mientras los demás los cubrían. El Oficial al tomar el volante, movió el camión pero fue objeto de un nutrido fuego por lo que se vio obligado a saltar del mismo, cruzar la carretera y volver al barranco. La acción duró aproximadamente unos diez minutos, y posteriormente al replegarse los bandoleros el resto del personal continuó hacia la población de Cumanacoa, donde fue solicitado refuerzo a una compañía del Batallón de Infantería Mariño Nº 52. El Coronel fue atendido en el puesto asistencial de Cumanacoa y se informó de la novedad al Comando de la 5ta. División.
Para 1969, los reductos de bandoleros en el oriente del país, continuaban activos y las Fuerzas Armadas se mantenían conduciendo operaciones para combatirlos, sobre todo en el Estado Sucre donde los focos se acentuaron con mayor énfasis. He aquí algunas consideraciones sobre esta emboscada:
a) En el caso de esta emboscada se observó que la acción de los profesionales que fueron objeto del ataque, fue valiente y positiva, lograron repeler a los bandoleros y evitaron mayor cantidad de víctimas ya que se enfrentaron al fuego de una ametralladora .50, emplazada en condición ventajosa. El número de bandoleros, estimados en unos treinta superaba significativamente a la comisión conformada por doce efectivos militares.
b) La premura de salir del Puesto de Comando hacia Cumanacoa, hizo que se olvidaran las granadas de mano y de fusil, cuyo empleo estaba previsto para estos casos en los Procedimientos Operativos Vigentes de los Teatros de Operaciones. Esta disposición era producto de la experiencia previa en el combate contra la subversión, cuya finalidad era dar mayor poder de fuego a las unidades, especialmente a las patrullas que conducían las diferentes operaciones.
c) Por parte de los bandoleros, al verse repelidos por los efectivos militares, optaron por huir, lo que indicaba que su intención era hostigar a las unidades para causar un efecto propagandístico, y además su apoyo logístico y sus pertrechos estaban bastante menguados, lo cual no les permitía plantear combates de larga duración. Nuevamente la mano de Carlos Betancourt y su grupo de bandoleros estaba presente en otra emboscada, afortunadamente no hubo bajas que lamentar y solo lograron herir el Coronel José Rufino Duque.
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