IV.- LA LUCHA ARMADA EN VENEZUELA
La lucha armada en la Venezuela del sesenta es parte de la insurgencia en América Latina después del triunfo de los Revolucionarios Cubanos. Podemos caracterizar la lucha armada en América Latina como el enfrentamiento entre las vanguardias y los gobiernos nacionales apoyados por el imperialismo norteamericano. Este enfrentamiento armado concluirá en una gran derrota en nuestro subcontinente.
En los inicios de esa década Venezuela era gobernada por Rómulo Betancourt electo en los primeros comicios posteriores a la caída de la dictadura del General Marcos Pérez Jiménez y con el voto de amplios sectores del campesinado, del proletariado y de la clase media.
La victoria de Betancourt en el año 1958 no es casual. La misma es el producto de su larga trayectoria política que arranca desde la década de los 20 en la lucha contra la dictadura de Gómez y se extiende en el período postgomecista. En este lapso organiza grupos políticos como el (ORVE), el PDN y posteriormente Acción Democrática en el año 1941. Betancourt presenta un plan político y un programa para transformar la sociedad venezolana. Es además, un estudioso de la realidad nacional, un polemista de mucho peso y su mensaje tiene acogida entre los pobres de Venezuela.
Durante la segunda guerra mundial, mientras los comunistas venezolanos se dedicaban a la defensa de la Unión Soviética y a dirimir sus problemas internos, Betancourt y sus seguidores, por el contrario, se dedicaron a la defensa de los intereses de los obreros y a propugnar una reforma agraria para los miles de campesinos sin tierra en la Venezuela de entonces.
Acción Democrática es legalizada durante el gobierno del Presidente Isaías Medina Angarita. El partido fundado por Betancourt se transforma de una minoría muy activa, con presencia en los sectores urbanos y rurales del país en un movimiento con una estructura y una movilidad que trascienda a la forma de los partidos tradicionales. Es un partido con elementos de la estructura leninista. Al efecto, el Coronel Edito José Ramírez Rosales sostiene:
“en las postrimerías del gobierno del General Medina Angarita existía una agrupación política que representaba una minoría, pero la mejor organizada y la que podía ostentar el título de luchadora infatigable e intransigente con los malos manejos de los gobiernos anteriores; voceaba además principios doctrinarios y reivindicaciones sociales que, al hacerse gobierno, terminaron por hacerse eco de las masas populares. Tal agrupación política era la que conocemos con el nombre de Partido Acción Democrática, legalizado por el Presidente Medina el 13 de septiembre de 1941”.14
El golpe de estado del 18 de Octubre de 1945, perpetrado por un grupo de militares y con la participación de Betancourt y su partido significó para él, el encuentro con un país que para ese momento era el primer productor mundial de petróleo, acompañado de grandes desigualdades sociales y con una población mayoritariamente rural. La demanda de petróleo por parte de los centros imperiales originó para Venezuela la entrada de millones de dólares, lo cual contribuyó a elevar el nivel de vida de los venezolanos y a iniciar el proceso de modernización con su secuela de urbanización. Se realizan inversiones en viviendas, escuelas, hospitales, carreteras, electrificación, etc. En consecuencia la renta petrolera en manos de la Junta de Gobierno presidida por Betancourt contribuirá a afianzar la influencia de Acción Democrática en el pueblo venezolano y a reafirmar su liderazgo.
La alianza entre el sector militar liderizado por Carlos Delgado Chalbaud, los hermanos Vargas y Marcos Pérez Jiménez con Betancourt y su partido continúa hasta las elecciones del 14 de Diciembre de 1947 donde es elegido presidente Rómulo Gallegos derrotando a Rafael Caldera (COPEI) y a Gustavo Machado (PCV). El mismo será derrocado el 24 de Noviembre de 1948 por un golpe incruento de las Fuerzas Armadas encabezadas por Carlos Delgado Chalbaud y Marcos Pérez Jiménez.
La caída del gobierno de Gallegos se debió en gran medida a la oposición de los partidos Copei y URD, de sectores del medinismo y algunas compañías petroleras norteamericanas que se sentían discriminadas ante la manifiesta preferencia del régimen por las compañías petroleras del grupo Rockefeller, la Standard Oil of New Jersey. Es lo que sostiene la Comisión Ideológica del grupo Ruptura:
“Su preferencia más evidente fue para la Standard Oil of New Jersey y para todo el grupo Rockefeller. Su práctica de arreglarse directamente con Rockefeller sin tomar en cuenta debidamente las otras intensas internas del imperialismo y de la burguesía proimperialista, provocó disgustos”.15
Unos días después del golpe, los copeyanos a través, de su periódico oficial, “El Gráfico”, celebraba la caída del gobierno:
“Desaparecido de los cuadros oficiales el partido AD, que funcionó como una maquinaria causante de odios, enconos y pasión política el anhelo nacional es el de que se enrumbe la vida de la República con una justa valorización de cada sector de la opinión hacia un sentido constructivo alejado el país de los senderos de la demagogia y del sectarismo se desea un unánime esfuerzo que sume las voluntades venezolanas de todas las clases y sectores sociales hacia la satisfacción y (Sic) de las mayores necesidades populares”.16
Otro factor que influyó determinantemente fue el descontento de las fuerzas armadas que se sintieron desplazadas por obra del sectarismo de Acción Democrática y por la pretensión, por parte de ese partido, según dijeron más tarde los militares golpistas, de controlar a las mismas fuerzas armadas:
“Lograda definitivamente entre la posición integral del poder civil por Acción Democrática, la fracción extremista que ha controlado dicho partido, inició una serie de maniobras tendientes a dominar también a las Fuerzas Armadas Nacionales, tratando de sembrar entre ellas la discordia y la desunión”.17
El derrocamiento de Gallegos será el comienzo de una lucha desigual para Acción Democrática. La mayoría de sus dirigentes serán encarcelados y otros tomarán el camino del exilio y muy pocos regresarán al país. Al efecto Sanín afirma:
“Por supuesto el objetivo fundamental de la Junta era la liquidación de Acción Democrática a través de la represión brutal. Poco a poco los adecos fueron reivindicándose en la resistencia por su valor físico y moral. Primero fue la prisión o expulsión de casi todos los ministros de Gallegos y de casi toda la directiva del partido. Los primeros presos fueron los ministros Edmundo Fernández, Manuel Pérez Guerrero, Raúl Leoni y Ricardo Montilla. (...) Fueron enviados a la Cárcel Modelo Luis Beltrán Prieto Figueroa, Leonardo Ruiz Pineda, Juan Pablo Pérez Alfonzo y Eligio Anzola Anzola; y así mismo el Gobernador del Distrito Federal Alberto López Gallegos. También fue detenido Gonzalo Barrios”.18
Sin embargo, un grupo muy pequeño, entre los que podríamos mencionar a Alberto Carnevali, Antonio Pinto Salinas y Leonardo Ruiz Pineda se quedarán en el país y pagarán con sus vidas el intento de reconstruir el aparato partidista.
Los diez años de gobierno dictatorial dirigido por Marcos Pérez Jiménez, desde el punto de vista material, significaron un salto gigantesco en la modernización de Venezuela. Grandes son las obras materiales que dejó el régimen del nuevo ideal nacional. Sin embargo, desde el punto de vista político, de la libertad de expresión, de la organización sindical independiente, Venezuela era un enorme campo de concentración, con cientos de presos políticos principalmente del Partido Comunista y Acción Democrática. La represión que en un principio se realizó contra la dirigencia de Acción Democrática, a partir de la huelga petrolera del 50 también fue dirigida contra los comunistas, Jesús Farías y Rafael Gallegos Mancera permanecerán en prisión hasta Enero del 58 y los Machado en el exilio, al igual que cientos de militantes comunistas. Pompeyo Márquez y los García Ponce reconstruirán el pequeño aparato comunista y lo convertirán en un partido batallador.
A pesar de los duros golpes recibidos por la represión la organización partidista de Acción Democrática se reconstruye y a partir del año 1956 la generación del 45, entre los que podríamos mencionar a Simón Sáez Mérida, Carmelo Laboritt y Roberto Ostos Poleo, más un grupo de jóvenes entre los que mencionaremos a Moisés Moleiro, Lino Martínez, Américo Martín, Rafael José Muñoz y Julio Escalona toman en sus manos la conducción del aparato partidista. Estos jóvenes en la clandestinidad establecieron lazos estrechos con los militantes del Partido Comunista y la mayoría de ellos serán los dirigentes del MIR en los años 60.
Al producirse el derrocamiento de la dictadura de Pérez Jiménez como producto de una alianza de clases, donde participaron la burguesía, sectores de las Fuerzas Armadas; los partidos políticos Acción Democrática, Copei, Unión Republicana Democrática, el Partido Comunista y la iglesia; en Venezuela comienza un extraordinario ascenso de las masas quienes toman la calle y participan activamente en las movilizaciones y en los enfrentamientos de aquel entonces.
Mientras esto ocurría en Venezuela, Fidel Castro desarrollaba la guerra de guerrilla en Cuba, que en un período relativamente corto le llevó al triunfo sobre el gobierno de Fulgencio Batista. El triunfo de Castro y los revolucionarios cubanos se convertirá en el paradigma para las vanguardias de todo el continente. Abrió las posibilidades de una lucha de las vanguardias, quienes se lanzan a la conquista del poder.
En las elecciones de Diciembre de 1958, resultó triunfador Rómulo Betancourt y el partido Acción Democrática, derrotando al Vicealmirante Wolfgang Larrazábal, quien había encabezado la Junta de Gobierno que gobernó a la caída de Pérez Jiménez, y a Rafael Caldera, candidato presentado por el partido Copei. Larrazábal, segundo en número de votos, había sido presentado como candidato por una amplia alianza en la que se encontraban los partidos URD y PCV y un gran sector de independientes.
La derrota de Larrazábal, quien triunfó en Caracas y los Estados centrales, provocó en esos lugares una gran agitación popular que pretendía el desconocimiento de los resultados electorales. Al respecto dice Ramón J. Velázquez:
“Algunos sectores del larrazabilismo caraqueño no quisieron conformarse con los resultados electorales y en la noche del lunes 8 (de diciembre), grupos amenazantes invadieron los alrededores del Palacio Blanco en plan de franca protesta. Durante el curso de la semana, continuaron las manifestaciones y tanto la Guardia Nacional como la policía tuvieron que enfrentarse a los manifestantes impidiendo su acceso a la sede del Consejo Supremo Electoral”.19
Es de suponer que muchos militantes comunistas y algunos cuadros medios hayan participado en esos disturbios. Sin embargo la alta dirección del partido reconoció de inmediato el triunfo de Betancourt y, lo mismo que los demás partidos, llamó al restablecimiento de la calma y al restablecimiento de los resultados. Es de nuevo Ramón J. Velázquez quien nos da testimonio:
“La actitud categórica asumida por el Presidente Sanabria y la junta unida a la posición del Coronel Marco Aurelio Moros, Comandante del ejército y al rechazo del PCV a los planes de desconocimiento de los resultados electorales que un grupo de exaltados políticos abrigó en los primeros momentos, puso fin a los rumores y a las manifestaciones”.20
Betancourt tomó formalmente posición de la Presidencia de la República de Venezuela el 13 de Febrero de 1959, con el más amplio respaldo que ha tenido gobierno alguno. Formó gobierno con URD y Copei, partidos estos que junto con AD e independientes, ocuparon diversos ministerios en el gabinete. El acuerdo de los tres principales partidos se extendió al poder legislativo, donde se repartieron equilibradamente los cargos directivos del congreso y las asambleas legislativas de los Estados. Con igual equidad se repartieron los distintos cargos del poder Judicial y las gobernaciones de los Estados. Esta actitud amplia de los vencedores, es decir, de Betancourt y su partido Acción Democrática, fue consecuencia del llamado “Pacto de Punto Fijo”, firmado por los tres partidos en la Quinta Punto Fijo, residencia del entonces líder copeyano Dr. Rafael Caldera, el 31 de Octubre de 1958. Este pacto tenía el fundamental propósito de lograr la estabilidad política y la secuencia democrática al respecto nos dice Ramón J. Velázquez:
“Reconocían los partidos signatarios del Pacto, que no obstante las gestiones realizadas en busca de un candidato de unidad, tal empeño había fracasado, pero que AD, URD y Copei estaban interesados por igual en la consolidación de la unidad democrática y en garantizar una tregua política sin perjuicio de la autonomía organizativa y caracterización ideológica de cada grupo político”.21
Del Pacto de Punto Fijo fue excluido el Partido Comunista de Venezuela. Ya desde su llegada del exilio Betancourt arremetió contra los comunistas a pesar de que estos habían actuado al lado de los adecos en la clandestinidad, y su parte en la resistencia y en los días decisivos de Enero de 1958 fue ampliamente significativo para el derrocamiento de Pérez Jiménez. Betancourt se erigió así en el líder del anticomunismo venezolano y más tarde lo sería del latinoamericano AD, siguiendo las mismas pautas, se convirtió también en enemigo fundamental de sus antiguos compañeros de infortunio. En la campaña electoral, se ocupó en gran medida en atacar a los comunistas lo cual tuvo su remate en el discurso de toma de posesión allí dijo Betancourt:
“En el transcurso de mi campaña fui explícito en el sentido de que no consultaría al Partido Comunista para la integración del gobierno y en el de que, respetando el derecho de ese partido a actuar como colectividad organizada en el país, miembros suyos no serían llamados por mi para desempeñar cargos administrativos en los cuales se influyera sobre los rumbos de la política nacional e Internacional de Venezuela. Esta posición es bien conocida de los venezolanos; y la fundamentaron los tres grandes partidos nacionales en el hecho de que la filosofía comunista no se compagina con la estructura democrática del Estado venezolano, ni el enjuiciamiento por ese parado de la política internacional que debe seguir Venezuela concuerdo con los mejores intereses del país”. 22
Superado el problema de la elección presidencial, surgían entonces los problemas prácticos del gobierno. En muchos lugares del país, empezó a exigírsele al nuevo gobernante el cumplimiento de las promesas hechas durante la campaña electoral, específicamente en el plano de la reforma agraria, bandera política de Acción Democrática desde mucho antes de su posible ascenso al poder. En el mes de Abril del año 1959, Rómulo Betancourt tuvo que enfrentar el problema de las ocupaciones de tierras por parte de un importante movimiento campesino en diferentes partes del país. El nuevo gobierno se ve obligado a hacer concesiones al campesinado empezando a hacer reparticiones de tierras, especialmente en los estados Carabobo, Aragua, Portuguesa, Lara y Monagas.23
Ya en los primeros meses del año 59, habían empezado en las principales ciudades del país importantes agitaciones entre obreros y empleados de diversa índole. Así las huelgas de pilotos de la aviación civil, de la marina mercante y de los trabajadores de la caña. Así pues, el gobierno de Betancourt se inicia con un cuadro conflictivo compuesto por las exigencias de los trabajadores de las distintas ramas que imaginaban que el nuevo sistema democrático era el medio de colmar sus viejas exigencias de justicia social y de bienestar material.
Todo esto hacía mostrar un cuadro de insatisfacción popular, de una inquietud popular, que era fácil caldo de cultivo para los intentos revanchistas y de regreso de las fuerzas vinculadas al perezjimenismo, enemigos tradicionales del presidente y del partido de gobierno. Existía una fuerte tendencia claramente a favor del dictador recientemente caído, a pesar del sentimiento mayoritario hacia una convivencia democrática.
De tal manera, contra el gobierno de Betancourt, ciertamente apoyado por la mayoría de las fuerzas decisorias, vale decir, los partidos AD Copei y URD, y las bases militantes de esos partidos, las fuerzas económicas y las fuerzas armadas, se enfrentaron cada cual a su manera y por separado, las fuerzas de la extrema izquierda y la extrema derecha.
Momento significativo en este ambiente de confrontaciones fue la manifestación iniciada en la plaza de la Concordia de Caracas por obreros del llamado Plan de emergencia, manifestación que degeneró en importantes actos de violencia.
El plan de emergencia fue una medida tomada por la Junta de Gobierno que sustituyó a Pérez Jiménez para enfrentar el problema de desempleo en Caracas; por ejemplo, veintidós mil quinientas personas24 asistían regularmente a unas taquillas de pago donde se les entregaba un salario de desempleado. El saldo de los actos de violencia del 4 de Agosto fue de 3 muertos y setenta heridos, como consecuencia de la feroz represión policial. Al cabo de ese día so suprimió oficialmente el plan de emergencia.25 Estas protestas populares, fueron las primeras movilizaciones de masas contra el régimen de Betancourt, y de hecho, los primeros enfrentamientos violentos entre los comunistas y el Régimen. Los comunistas fueron oficialmente acusados de promover las movilizaciones y la violencia que en ellas ocurrieron por boca del Ministro de Relaciones Interiores Luis Augusto Dubuc.26
La manifestación del 4 de Agosto fue un efecto del creciente desempleo que se había generado a partir de 1958, con el advenimiento del régimen democrático y la consecuente desactivación de la vida económica del país, por la que se suspendieron muchos planes previstos por la dictadura derrocada. Como consecuencia inmediata se iba a producir el primer decreto presidencial de suspensión de garantías que habría de caracterizar todo el gobierno de Betancourt, aunque por ahora sólo limitado al Distrito Federal y Distrito Sucre del Estado Mirando y sólo por treinta días.
A la situación de agitación social producto del creciente desempleo, se agrega un debilitamiento de la base de respaldo al gobierno. Bastante significativo es que este debilitamiento se manifieste también en el propio seno del partido gobernante. En Octubre de 1959 se realiza en Caracas la Convención Nacional de Acción Democrática. Esa Convención se caracterizó por el enfrentamiento de dos generaciones y dos concepciones políticas distintas que más tarde tomarían, cada cual, causes igualmente distintos. El grupo generacional más joven estaba encabezado por Simón Sáez Mérida, último Secretario General durante la resistencia; se orientaba hacia una concepción socialista bastante marcada por el marxismo leninismo, proclamaba la adopción de medidas urgentes a favor de las masas populares y criticaba la política pro-yankee y anticomunista del gobierno. El otro grupo, “la vieja guardia”, estaba integrado por los fundadores del partido, la mayoría en el exilio durante la dictadura; respaldaba incondicionalmente a Betancourt y su gobierno. En la confrontación, los viejos derrotaron a los jóvenes. El sector de jóvenes, que había dirigido la lucha final contra Pérez Jiménez, y que en el momento de la caída de la dictadura tenía el total control de los cargos directivos, quedó reducido al control del Buró Juvenil. De hecho este es el principio o de una lucha generacional que posteriormente dividirá al partido y dará nacimiento al MIR, el cual al lado de los comunistas, asumirá la lucha armada para asaltar el poder.
En el mismo mes de Octubre, otro elemento se suma a la debilidad del gobierno, cuando se inicia una ola terrorista promovida por antiguos afectos a la dictadura, y se denuncia, por parte del Ministro de Relaciones Interiores, Luis Augusto Dubuc, el descubrimiento de un movimiento conspirativo para derrocar al régimen. Finalmente, el partido URD amenaza con separarse del gobierno por no estar de acuerdo con la política anticomunista del régimen, y cuestiona la legalidad de algunas medidas tomadas por el gobierno entre sus enemigos políticos, en especial las llamadas medidas de “alta policía”.
La división del partido Acción Democrática se consumó el 8 de Abril de 1960, en Maracaibo, donde en un mitin un grupo disidente se declaró abiertamente como movimiento socialista de orientación marxista leninista, que se legalizará en agosto de mismo año como Movimiento de Izquierda Revolucionaria MIR. Las causas cercanas de la división fueron sendos artículos de prensa publicados por Domingo Alberto Rangel y Américo Martín, en los cuales el primero criticaba el contrato petrolero firmado por líderes sindicales de AD, y el segundo, establece incómodas analogías entre el APRA del Perú y el Partido Acción Democrática. La dirección partidista respondió pasando del Tribunal Disciplinario a Rangel y a Martín; esto produjo la insubordinación del Buró Juvenil, el cual fue inmediatamente suspendido.
Por otra parte, continuaban las conspiraciones de derecha. El 20 de Abril de 1960, el General Jesús María Castro León se insurreccionó en San Cristóbal tras tomar el control del Cuartel Bolívar, de esa ciudad. Los motivos expuestos por Castro León resultaban a todas luces risibles, pues acusaba entre otras cosas, a Betancourt de connivencia con el comunismo; al día siguiente desistió de su intento tras constatar que el resto de los cuarteles del país, que él esperaba que se sumarían a la rebelión, no lo hacían. Fue capturado por unos campesinos, junto con otros tres insurrectos, mientras intentaba pasar la frontera hacia Colombia.
El 24 de Junio de 1960, aniversario de la batalla de Carabobo, mientras se dirigía hacia el presídium del desfile militar conmemorativo, un automóvil estacionado hizo explosión al paso del automóvil presidencial. La explosión produjo la muerte del edecán y leves heridas al presidente. La investigación posterior reveló que el atentado había sido tramado desde Santo Domingo por el dictador dominicano Rafael Leonidas Trujillo, tradicional enemigo de Betancourt.
El 16 de Noviembre, URD se retira del gobierno. Así concluye una colaboración que se había caracterizado por su fragilidad, que se había manifestado en desacuerdos frecuentes sobre la aplicación de la política de orden público, la política anticomunista de Betancourt y en la política internacional, en especial en lo que tenía que ver con la revolución cubana de Fidel Castro. El 26 de Agosto se reúne en San Juan de Costa Rica la VII Reunión de consulta de los Cancilleres Americanos, la cual condenan la intromisión en el continente de potencias extracontinentales, aludiendo obviamente a China y la URSS, que mantenían estrechas relaciones con el régimen cubano. La delegación de Cuba se retira de la reunión, y el Canciller venezolano Ignacio Luis Arcaya, por instrucción de su partido URD, renuncia a la presidencia de su delegación para no verse obligado a votar la resolución, obviamente dirigida contra Cuba. A su regreso a Venezuela, Arcaya renuncia a la cancillería y URD pone a disposición del presidente todos sus ministerios y gobernaciones.
El 14 de Octubre de 1960, el semanario “Izquierda”, órgano del MIR publica un editorial que ha sido considerado por algunos como la declaración pública de la guerra revolucionaria contra el régimen democrático. De hecho, es una invitación a la insurrección popular. Después de señalar que no hay otra salida posible para la crisis presente que un cambio de gobierno inmediato, señala que el momento oportuno para la caída del gobierno depende de la decisión de las masas populares. El gobierno decide detener a los redactores del semanario por lo cual se inicia una serie de protestas y actos de violencia que se extenderá desde Caracas a través del país durante el resto de Octubre y hasta los primeros días de Diciembre. Fue tal la magnitud de los acontecimientos que se llegó a pensar que en efecto se produciría la caída del gobierno por obra de lo que se consideró una verdadera insurrección popular. Para detener los disturbios, Betancourt suspende las garantías constitucionales en todo el país después de asegurarse el apoyo de todos los partidos -naturalmente con excepción del MIR y el PCV-, sindicatos, fuerzas armadas, el clero, fedecámaras, etc. El país recobra la calma el dos de Diciembre, cuando en la UCV cercada desde hacía días por todo tipo de fuerzas del gobierno es desalojada pacíficamente. El balance de Octubre y Noviembre fue de 19 muertos, 300 heridos, y sinnúmero de daños materiales de todo tipo. Se suspendieron indefinidamente “Izquierda” y “Tribuna Popular”, que pasaron a editarse clandestinamente.
En Febrero de 1961, controlada en gran medida la agitación de signo izquierdista, el 20 se produce la insurrección del Coronel Edito Ramírez en la Escuela Militar de Caracas. Ramírez censuraba a Betancourt por no ser suficientemente eficaz en la lucha contra el comunismo. El golpe ya había fracasado al día siguiente. En igual suerte, el 26 de Junio se subleva en el cuartel “Pedro María Freites” de Barcelona el Mayor Luis Alberto Vivas Ramírez y los capitanes Rubén Massó y Tesalio Murillo. En Marzo de 1961, se reúne el III Congreso del PCV. En el se aprueba la tesis de la necesidad de un cambio inmediato de gobierno, aunque no una posición insurreccional. Se pretende lograr la renuncia de Betancourt, el cual en su oportunidad dirá: “ni renuncio ni me renuncian”.
La invasión de Cuba en Playa Girón por parte de exiliados cubanos con ayuda del gobierno norteamericano, inmediatamente derrotada por las fuerzas de revolución, y las medidas tomadas luego por el gobierno de Fidel Castro, repercutieron en Venezuela originando manifestaciones que fácilmente degeneraron en actos de violencia.
La invasión por Playa Girón provoca en Venezuela nuevos disturbios, pues el tema cubano es tema de contrastaciones. Por una parte están quienes respaldan a los revolucionarios en nombre de la autonomía antiimperialista; por otra parte, quienes se les oponen por representar la quinta columna del comunismo soviético.
El 9 de Abril de 1961, hay manifestaciones en El Silencio con saldo de un muerto y diez heridos.27 Entre tanto, también se hacen agudas las diferencias entre los gobiernos de Cuba y Venezuela, al punto que el 11 de Noviembre Betancourt anuncia el rompimiento de relaciones diplomáticas. Con esta decisión recrudeció la violencia en todo el país. El 26 de Noviembre un grupo de militantes de la Juventud Comunista secuestra un avión de la línea aérea Avensa, que partía de Maiquetía, y después de sobrevolar Caracas y arrojar volantes impresos, lo llevaron a la isla de Curazao. Fue ese el primer secuestro de un avión en Venezuela, primero también de una larga secuencia que se extenderá a lo largo de toda la lucha armada. A los pocos días el gobierno ordena el allanamiento de los locales del MIR y el PCV.
El año 1962 se inicia con nuevos brotes de violencia callejera en las ciudades, en especial en Caracas. Las motivaciones inmediatas son la reunión de Cancilleres en Punta del Este, donde se esperaba que se tomaran medidas contra el gobierno de Fidel Castro en Cuba, entre las cuales se rumoreaba la posibilidad de una nueva invasión con apoyo de la OEA. Las principales acciones violentas se protagonizaron en la Ciudad Universitaria de Caracas, desde donde hombres armados disparaban contra la policía y las fuerzas armadas. En el Estado Táchira una huelga de choferes, que protestaban contra la obligación de contratar un seguro de responsabilidad civil, de generó rápidamente en actos de violencia, aparentemente causados por la manipulación del MIR y el PCV.
El 27 de Marzo, el ministro de la defensa anuncia el primer descubrimiento de un campamento guerrillero; ello ocurre en Turimiquire, Estado Sucre, a principios de febrero, y que luego se habían detectado grupos armados en La Azulita, Estado Mérida; en la Sierra de Coro, en el Estado Falcón; y en los estados Portuguesa y Trujillo.
El 4 de Mayo se sublevó en Carúpano el Batallón de Infantería de Marina No. 3. El jefe del movimiento era el Capitán de Corbeta Jesús Teodoro Molina Villegas. Este movimiento, que vino a conocerse luego como “El Carupanazo”, fue el primer alzamiento militar en Venezuela con signo izquierdista. Con los militares estaban comprometidos el MIR y el PCV. Cuando al día siguiente fue vencida la sublevación, junto con los militares rebeldes fueron detenidos numerosos civiles militantes de esos partidos, entre ellos el Diputado del PCV Eloy Torres. Con motivo del Carupanazo, el mismo 4 de Mayo el gobierno suspende nuevamente las garantías constitucionales, se prohibieron las funciones del MIR y el PCV, y se ocuparon todos sus locales y archivos.
El 2 de Junio en la Base Naval de Puerto Cabello estalla otra insurrección militar cuyos jefes son los Capitanes de Navío Manuel Ponte Rodríguez y Pedro Medina Silva y el Capitán de Corbeta Víctor Hugo Morales. Este movimiento conocido luego como “El Porteñazo”, al parecer estaba preparado para ocurrir junto con “El Carupanazo”, pero al fallar la coordinación el movimiento no se produjo en el momento oportuno. Vinculado también al MIR y al PCV, esta insurrección fue singularmente sangrienta. Los militares insurrectos pusieron en libertad y armaron a unos cien guerrilleros presos en el Castillo de Puerto Cabello, los cuales enfrentaron a las fuerzas leales al gobierno, causándoles muchas bajas.
Los acontecimientos de Carúpano y Puerto Cabello marcaron el punto crítico de la confrontación del MIR y el PCV con el gobierno de Betancourt y sus sucesores en la presidencia. Quedaban perfectamente definidos los bandos, con un gobierno decidido a acabar con los insurrectos por todos los medios, y unos insurrectos en la clandestinidad decididos a derrocar por las armas al régimen democrático; para ello, inmediatamente después de Carúpano y Puerto Cabello fundan las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional.
14 Ramírez Rosales, Edito. El 18 de Octubre y la problemática venezolana actual (1945-l979), p. 66.
15 Comisión ideológica de Ruptura. El Imperialismo petrolero y la Revolución Venezolana T-2, p. 250.
16 Rodríguez José. ¿Quién Derrocó a Gallegos?, p. 164.
17 Ibid, p. 159.
18 Sanin. Los adecos al poder, p. 142.
19 Velázquez Ramón J. Venezuela moderna, p. 183.
20 Ibid, p. 183.
21 Ibid, p. 179.
22 Ibid, p. 181.
23 CF. Ramón J. Velázquez. Venezuela moderna, p. 176.
24 Ramón J. Velázquez. Ob. cit., p. 193.
25 CF Ramón J. Velázquez. Ob. cit., p. 193.
26 Ramón J. Velázquez. Ob. cit., p. 193
27 Ramón J. Velázquez. Ob. cit., p. 193.
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