16. Emboscada "El Jobo" ocurrida entre Cabure y San Luis, Estado Falcón el día 09Nov65.
Como consecuencia de la culminación la “OPERACIÓN CONTRERAS RIVERO” en el TO-1, fue desmovilizado el Destacamento Falcón; para el mes de Agosto, fue entregada la responsabilidad al Ejército de la conducción de las operaciones de negación en el Estado Falcón, fuerza ésta que a su vez designó al B.I. Girardot Nº 32 para el cumplimiento de las siguientes misiones, las cuales estaban contenidas en la Orden de Operaciones emitida para tal efecto:
a. Ejecutar operaciones contra los últimos reductos de los bandoleros y mantener el control de las vías de comunicaciones terrestres, a fin de evitar el resurgimiento, de la subversión, especialmente no permitiendo su reorganización política-administrativa y la entrada de bandoleros a la zona.
b. Continuar la ejecución de los planes de acción cívica en el Estado Falcón. (En cumplimiento de esta nueva misión el B.I. 32 estableció su PC operacional en Cabure, el cual fue reforzado con un pelotón de ingenieros del Batallón de Ingenieros de Combate “General en Jefe Francisco de Paula Avendaño” Nº 8.)
El abastecimiento de agua potable para las tropas que acampaban en CABURE, se realizaba desde SAN LUIS, hacia donde se enviaba diariamente una cisterna, tal como lo contemplaba el Procedimiento Operativo Vigente (POV) de la Unidad.
Durante las horas luz del 09 de noviembre de 1965, se organizó un convoy con dos vehículos militares de la siguiente forma: siete e/t y un conductor civil en un camión cisterna de agua M-35 y un vehículo M-38A1 (Jeep) como escolta, al mando del C/1ro. Gordino Asunción Rojas, (plaza del B.I. Girardot Nro. 32). La comisión, como de costumbre, partió desde el Puesto de Comando de Cabure hacia San Luis, con el objeto de buscar el agua para abastecer la unidad, por el camino encontraron a las ciudadanas Tomasa Morillo y Marilú Morillo (madre e hija) a quienes embarcaron en el Jeep, para completar un total de diez personas en el referido vehículo.
Al pasar por el sitio conocido como EL JOBO, fueron emboscados todos lo efectivos por un grupo de bandoleros y sometidos a fuego de fusilería, armas automáticas y granadas de mano, quedando la mayoría imposibilitados para combatir, el conductor civil retrocedió las cisterna lo que hizo que chocara con el jeep, viéndose obligado a abandonar su vehículo, algunos de los heridos pudieron hacer fuego con sus armas, pero debido a la dificultad para abandonar los vehículos, ya que transportaban personas en exceso, fueron alcanzados por el fuego de los bandoleros, allí en el sitio murieron, el Soldado Menecio González, Soldado Benito Antonio Vegas, la ciudadana Tomasa Morillo y la ciudadana Marilú Morillo, hubo 5 soldados heridos a quienes se les sumó el conductor civil.
Como consecuencia de la culminación la “OPERACIÓN CONTRERAS RIVERO” en el TO-1, fue desmovilizado el Destacamento Falcón; para el mes de Agosto, fue entregada la responsabilidad al Ejército de la conducción de las operaciones de negación en el Estado Falcón, fuerza ésta que a su vez designó al B.I. Girardot Nº 32 para el cumplimiento de las siguientes misiones, las cuales estaban contenidas en la Orden de Operaciones emitida para tal efecto:
a. Ejecutar operaciones contra los últimos reductos de los bandoleros y mantener el control de las vías de comunicaciones terrestres, a fin de evitar el resurgimiento, de la subversión, especialmente no permitiendo su reorganización política-administrativa y la entrada de bandoleros a la zona.
b. Continuar la ejecución de los planes de acción cívica en el Estado Falcón. (En cumplimiento de esta nueva misión el B.I. 32 estableció su PC operacional en Cabure, el cual fue reforzado con un pelotón de ingenieros del Batallón de Ingenieros de Combate “General en Jefe Francisco de Paula Avendaño” Nº 8.)
El abastecimiento de agua potable para las tropas que acampaban en CABURE, se realizaba desde SAN LUIS, hacia donde se enviaba diariamente una cisterna, tal como lo contemplaba el Procedimiento Operativo Vigente (POV) de la Unidad.
Durante las horas luz del 09 de noviembre de 1965, se organizó un convoy con dos vehículos militares de la siguiente forma: siete e/t y un conductor civil en un camión cisterna de agua M-35 y un vehículo M-38A1 (Jeep) como escolta, al mando del C/1ro. Gordino Asunción Rojas, (plaza del B.I. Girardot Nro. 32). La comisión, como de costumbre, partió desde el Puesto de Comando de Cabure hacia San Luis, con el objeto de buscar el agua para abastecer la unidad, por el camino encontraron a las ciudadanas Tomasa Morillo y Marilú Morillo (madre e hija) a quienes embarcaron en el Jeep, para completar un total de diez personas en el referido vehículo.
Al pasar por el sitio conocido como EL JOBO, fueron emboscados todos lo efectivos por un grupo de bandoleros y sometidos a fuego de fusilería, armas automáticas y granadas de mano, quedando la mayoría imposibilitados para combatir, el conductor civil retrocedió las cisterna lo que hizo que chocara con el jeep, viéndose obligado a abandonar su vehículo, algunos de los heridos pudieron hacer fuego con sus armas, pero debido a la dificultad para abandonar los vehículos, ya que transportaban personas en exceso, fueron alcanzados por el fuego de los bandoleros, allí en el sitio murieron, el Soldado Menecio González, Soldado Benito Antonio Vegas, la ciudadana Tomasa Morillo y la ciudadana Marilú Morillo, hubo 5 soldados heridos a quienes se les sumó el conductor civil.
Los informes rendidos por el Comando del Batallón Girardot y las investigaciones del Teatro de Operaciones Nro 1. dejan entrever los siguiente aspectos:
a) La rutina en los procedimientos obligó a la violación del principio de seguridad y permitió a los bandoleros un estudio y observación detallada de los movimientos motorizados de la unidad, analizando su peculiaridad y vulnerabilidad para facilitar su acción. En el Puesto de Comando de Cabure, no se percataron que sus movimientos estaban sometidos a la observación constante de los bandoleros, quienes se servían de los moradores de la zona para este propósito.
b) Las medidas de engaño para evitar la rutina son parte de la seguridad y la actitud defensiva que deben tomar las unidades en operaciones anti-subversivas, sin embargo, fueron omitidas y esto trajo como resultado el trágico saldo de muertos y heridos, causados por la acción de los bandoleros. El Comandante del puesto, no puso en práctica sus habilidades profesionales para lograr en forma efectiva contrarrestar la acción de los bandoleros. Además le faltó, eso que en lenguaje coloquial se conoce como “malicia”.
c) En el comando del TO existían disposiciones expresas para evitar transportar civiles en los vehículos militares, pero no se acataron. En esta emboscada fallecieron dos civiles por esta causa.
d) Las medidas de seguridad y las disposiciones y órdenes emitidas por el Comando Superior obedecían a situaciones previamente estudiadas y conclusiones obtenidas como producto de la experiencia a medida que las operaciones que se iban conduciendo, las cuales deberían ser cumplidas y tomadas muy en cuenta para el cumplimiento de las misiones asignadas en un momento dado. El factor que influyó en esta omisión, tiene que ver con la constante rotación a que era sometido el personal que actuaba en el teatro de operaciones, especialmente las tropas, las cuales al salir de baja eran reemplazadas por tropas nuevas e inexpertas, a pesar de que eran sometidas a entrenamiento previo, pero esto no era suficiente.
e) En cuanto a los Oficiales, por lo general estos se encontraban operando constantemente y el Puesto de Comando quedaba a cargo de un profesional, quien para no abandonar el campamento, se veía obligado a asignar las misiones de tipo administrativo a los jóvenes clases (Cabos), quienes precisamente por su juventud y poca experiencia cometían errores en la ejecución de estas misiones.
f) La capacidad de transporte de un vehículo ½ Ton (Jeep M-38A1) es para cuatro pasajeros, para el momento de la emboscada viajaban siete personas en el vehículo, esto dificultó el abandono del mismo por parte de sus ocupantes siendo un blanco fácil y perfecto para los bandoleros ya que simultáneamente lograron herir a todos los integrantes de la comisión.
g) En las operaciones antisubversivas no se pueden cometer exabruptos pues éstos normalmente cobran un elevado precio y nunca permiten alcanzar el principio de la seguridad. En el caso específico de los vehículos es menester respetar sus capacidades para transportar al personal y la carga, tanto para poder cumplir con las medidas de seguridad como para salvar la vida en el momento de la emboscada, y para obtener la flexibilidad del transporte en caminos tan irregulares como son los rurales.
h) La inteligencia era deficiente y la búsqueda de informaciones también; posteriormente se conoció que los bandoleros pernoctaron en el sitio, lo que indica confiabilidad por su parte, porque poseían informaciones precisas sobre los movimientos y la actividad del Puesto de Comando de Cabure. Por otra parte se determinó que las unidades militares realizaban poco reconocimiento que en la zona donde actuaban especialmente a los lados de las vías.
i) La búsqueda de información es a todos los niveles de comando y por lo tanto cada comandante debe valerse de sus propios medios disponibles para lograr cumplir con los requerimientos de inteligencia de su unidad. En este tipo de operaciones la información fluye en ambos sentidos, pero con mayor énfasis desde los escalones subalternos hacia los escalones superiores, ya que es una guerra de pelotones y sus comandantes obtienen la información fresca y al detalle. La experiencia en estas operaciones, indica que es necesario realizar reconocimientos intensos en las zonas y en los sitios de mayores posibilidades para emboscadas. Por eso los Comandantes deben interaccionar y colocarse el rol de su oponente para entender mejor el fenómeno y lograr conclusiones ajustadas a la realidad que se está viviendo.
j) De informaciones obtenidas en las investigaciones llevadas a cabo se pudo detectar la participación en esta emboscada de los bandoleros siguientes: BALTAZAR OJEDA NEGRETE, (a) Baltazar (a) Fedor quien planificó y ejecutó la emboscada; LINO MARTÍNEZ (a) Chema, segundo comandante después de Baltasar; ORLANDO JOSÉ PALMA CASTRO; Y RAMÓN PARÍS ALDAMA (a) Belisario. Se desconoce la identidad del resto de los integrantes de esta célula.
a) La rutina en los procedimientos obligó a la violación del principio de seguridad y permitió a los bandoleros un estudio y observación detallada de los movimientos motorizados de la unidad, analizando su peculiaridad y vulnerabilidad para facilitar su acción. En el Puesto de Comando de Cabure, no se percataron que sus movimientos estaban sometidos a la observación constante de los bandoleros, quienes se servían de los moradores de la zona para este propósito.
b) Las medidas de engaño para evitar la rutina son parte de la seguridad y la actitud defensiva que deben tomar las unidades en operaciones anti-subversivas, sin embargo, fueron omitidas y esto trajo como resultado el trágico saldo de muertos y heridos, causados por la acción de los bandoleros. El Comandante del puesto, no puso en práctica sus habilidades profesionales para lograr en forma efectiva contrarrestar la acción de los bandoleros. Además le faltó, eso que en lenguaje coloquial se conoce como “malicia”.
c) En el comando del TO existían disposiciones expresas para evitar transportar civiles en los vehículos militares, pero no se acataron. En esta emboscada fallecieron dos civiles por esta causa.
d) Las medidas de seguridad y las disposiciones y órdenes emitidas por el Comando Superior obedecían a situaciones previamente estudiadas y conclusiones obtenidas como producto de la experiencia a medida que las operaciones que se iban conduciendo, las cuales deberían ser cumplidas y tomadas muy en cuenta para el cumplimiento de las misiones asignadas en un momento dado. El factor que influyó en esta omisión, tiene que ver con la constante rotación a que era sometido el personal que actuaba en el teatro de operaciones, especialmente las tropas, las cuales al salir de baja eran reemplazadas por tropas nuevas e inexpertas, a pesar de que eran sometidas a entrenamiento previo, pero esto no era suficiente.
e) En cuanto a los Oficiales, por lo general estos se encontraban operando constantemente y el Puesto de Comando quedaba a cargo de un profesional, quien para no abandonar el campamento, se veía obligado a asignar las misiones de tipo administrativo a los jóvenes clases (Cabos), quienes precisamente por su juventud y poca experiencia cometían errores en la ejecución de estas misiones.
f) La capacidad de transporte de un vehículo ½ Ton (Jeep M-38A1) es para cuatro pasajeros, para el momento de la emboscada viajaban siete personas en el vehículo, esto dificultó el abandono del mismo por parte de sus ocupantes siendo un blanco fácil y perfecto para los bandoleros ya que simultáneamente lograron herir a todos los integrantes de la comisión.
g) En las operaciones antisubversivas no se pueden cometer exabruptos pues éstos normalmente cobran un elevado precio y nunca permiten alcanzar el principio de la seguridad. En el caso específico de los vehículos es menester respetar sus capacidades para transportar al personal y la carga, tanto para poder cumplir con las medidas de seguridad como para salvar la vida en el momento de la emboscada, y para obtener la flexibilidad del transporte en caminos tan irregulares como son los rurales.
h) La inteligencia era deficiente y la búsqueda de informaciones también; posteriormente se conoció que los bandoleros pernoctaron en el sitio, lo que indica confiabilidad por su parte, porque poseían informaciones precisas sobre los movimientos y la actividad del Puesto de Comando de Cabure. Por otra parte se determinó que las unidades militares realizaban poco reconocimiento que en la zona donde actuaban especialmente a los lados de las vías.
i) La búsqueda de información es a todos los niveles de comando y por lo tanto cada comandante debe valerse de sus propios medios disponibles para lograr cumplir con los requerimientos de inteligencia de su unidad. En este tipo de operaciones la información fluye en ambos sentidos, pero con mayor énfasis desde los escalones subalternos hacia los escalones superiores, ya que es una guerra de pelotones y sus comandantes obtienen la información fresca y al detalle. La experiencia en estas operaciones, indica que es necesario realizar reconocimientos intensos en las zonas y en los sitios de mayores posibilidades para emboscadas. Por eso los Comandantes deben interaccionar y colocarse el rol de su oponente para entender mejor el fenómeno y lograr conclusiones ajustadas a la realidad que se está viviendo.
j) De informaciones obtenidas en las investigaciones llevadas a cabo se pudo detectar la participación en esta emboscada de los bandoleros siguientes: BALTAZAR OJEDA NEGRETE, (a) Baltazar (a) Fedor quien planificó y ejecutó la emboscada; LINO MARTÍNEZ (a) Chema, segundo comandante después de Baltasar; ORLANDO JOSÉ PALMA CASTRO; Y RAMÓN PARÍS ALDAMA (a) Belisario. Se desconoce la identidad del resto de los integrantes de esta célula.
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